Quinteto Revolucionario: formación, adjetivo y talento en torno al genio Piazzolla
El grupo brilló la noche del sábado en dos funciones de «Celebración Piazzolla» en el Bebop Club haciendo gala de un talento interpretativo capaz de hacer del gesto recreador del genial creador marplatense un hecho actual y candente.
El Quinteto Revolucionario plasmó la noche del sábado en dos funciones colmadas en la sala palermitana Bebop Club su fabuloso talento interpretativo capaz de hacer del gesto recreador de la obra de Astor Piazzolla un hecho tan actual y candente, tal como esas composiciones cargadas de futuro expresan todavía.
Sin recurrir a partitura alguna pero con una incendiaria precisión, la agrupación estuvo a tono con el título del doble programa –«Celebración Piazzolla»– y ejecutó una veintena de piezas distintas creadas por el bandoneonista y autor en el par de funciones previstas.
El conjunto que integran Sebastián Prusak en violín, Esteban Falabella en guitarra, Sergio Rivas en contrabajo, Cristian Zárate en piano y Lautaro Greco en bandoneón ratificó los pergaminos que le permiten ser el único Quinteto Oficial de la Fundación Astor Piazzolla y se ganó las ovaciones del público.
«La música de Astor Piazzolla sigue vigente y por eso para nosotros cada año es el Año Piazzolla aunque se esté festejando el centenario de su nacimiento o no», expresó el violinista Prusak en un alto de la arrasadora música propuesta en el primero de los dos conciertos.
Desde las 20.12 con «Michelángelo 70» y «Triunfal», el recital de apertura apuntó, tal como señaló el pianista Zárate, a mostrar «al primer quinteto de Astor que fue su formación más tanguera».
Pero aún con ese pulso más ligado a la tradición sonora del género, cada tema y su colosal abordaje dejaron a la vista el carácter de una música que trasciende estilos, tiempos, casillas y fronteras.
Como una demostración cabal de ese universo expresivo donde la identidad no es una cárcel sino una seña para seguir andando, el grupo enhebró «Fugata», «Soledad» y «Tangata», tres movimientos de la Suite «Silfo y Ondina».
Y tras la pieza que da nombre al quinteto, el pianista presentó una versión de «Adiós Nonino» de 1961, menos melancólica que la conocida masivamente, y que según dijo Zárate puede ejecutarse porque su compañero Greco desgrabó y transcribió aquellos arreglos perdidos porque, subrayó, «tratamos de rescatar todo lo que nos dio ese grande que es Astor».
Y con la premisa calendaria que el propio creador supo burlar a fuerza de audacia e innovación y la formación asume con una naturalidad vital, se sucedieron los mágicos y vibrantes pasajes de «Fracanapa», «Decaríssimo», «Concierto para Quinteto» y «Muerte del Ángel».
«Esto que hacemos lleva adelante la bandera del compromiso que conlleva esta música», sintetizó el violinista acerca de la labor que comparte con sus compañeros y que regala un trabajo excepcional que en un ámbito íntimo como el de Bebop puede palparse acabadamente.
Con casi toda la sala de pie y aplaudiendo, el combo añadió «Vayamos al diablo» fuera de programa y se retiró a reponer fuerzas para la segunda función que entregó otras gemas como «Verano porteño» y «Tanguedia», entre otros títulos.
Con una intensa agenda, el Quinteto Revolucionario tomará parte en las cuatro noches del espectáculo «Noestango» que compartirá con los bailarines y bailarinas de esa formación los martes 16, 23 y 30 de agosto y 6 de septiembre, siempre a las 20, en el Galpón de Guevara (Guevara 326).
Además, tiene otras funciones de «Celebración Piazzolla» y en Colombia confluirá con la Orquesta Filarmónica de Bogotá para expandir la propuesta «Piazzolla Revolucionario Sinfónico» que estrenó en Buenos Aires con la Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto y también tocará solo en Medellín.